Star Wars inspiró a una nueva generación de científicos

“Ayúdame, Obi-Wan Kenobi, eres mi única esperanza”, dice la princesa Leia en la película de ciencia ficción Star Wars, este dialogo es parte del holograma que proyecta el droide R2-D2 y una escena que quedó en la memoria de muchos espectadores, como el estadounidense Alexander Lippert, quien quedó impactado por la tecnología que usaban en el film: 

“De niño no paraba de pensar en una forma de inventar esto”, contó, de grande se convirtió en científico y cumplio su sueño desarrolló una tecnología para fabricar objetos de mesa animados en 3D mediante la estructuración de la luz.

El film de George Lucas fue pionero en el uso de efectos especiales y en plantear posibilidades para el futuro. Está considerada como una de las películas más exitosas e influyentes de todos los tiempos, y forma parte de una saga que aún sigue produciendo novedades.

“Yo era muy fanático de Star Wars cuando era chico. ¡Fui a ver cinco veces la película original al cine! Las armas láser, los robots, los diferentes lenguajes de comunicación, los vehículos que levitaban o los viajes por el hiperespacio me asombraron, e influyeron en mi pasión por la ciencia. Yo trabajo en el campo de las nanotecnologías que en el año 1977 aún no se habían desarrollado. Eran solamente un concepto, pero sin dudas la saga de películas de Star Wars nos dejó a muchos esa semillita de la curiosidad, que siempre es lo más importante para despertar la vocación de un científico”dijo.

El doctor en química Galo Soler Illia, investigador del Conicet y fundador y decano del Instituto de Nanosistemas de la Universidad Nacional de San Martín, entre otras iniciativas, el año pasado el científico y su equipo desarrollaron un recubrimiento nanotecnológico para prevenir infecciones especialmente en hospitales.

Hay muchos desarrollos de científicas y científicos que trabajan en medicina, astronomía, robótica, química, física, entre otras disciplinas, que se inspiraron en momentos, tecnologías o personajes de la saga de Star Wars.

La española Pilar Baldominos, quien actualmente se encuentra en el Instituto del Cáncer Dana-Farber de la Universidad de Harvard en los Estados Unidos reveló pistas sobre mecanismos de defensa que presentan algunas células tumorales para sobrevivir al sistema inmune y a la inmunoterapia en el tratamiento contra el cáncer. Su trabajo fue publicado en la revista Cell y recoge los resultados obtenidos gracias a la tecnología pionera PADMEseq.

Se trata de una técnica que se combina con el uso de ratones JEDI que fueron desarrollados en el mismo laboratorio dirigido por la también española Judith Agudo Cantero. Tanto PADME como JEDI son nombres inspirados en la “La Guerra de las galaxias”. “En nuestro laboratorio, el cáncer es el lado oscuro y la ciencia es la fuerza”, sostuvo Baldominos.

Combinando la técnica PADME y los ratones JEDI, se consigue marcar bajo el microscopio las regiones donde se encuentran las células que el sistema inmune no es capaz de matar para compararlas con otras regiones tumorales. Esos descubrimientos podrían ayudar a seleccionar mejor qué pacientes responden mejor a la inmunoterapia y sirven para seguir mejorando las terapias actuales.

En la astronomía, Star Wars también dejó su huella. En la saga, se menciona a Tatooine, un planeta desértico circunvolucional escasamente habitado ubicado en los Territorios del Borde Exterior de la galaxia. Fue el planeta natal de los influyentes personajes de Anakin y Luke Skywalker. Formaba parte de un sistema estelar con dos soles.

En febrero pasado, astronómos que contaron con apoyo de la agencia espacial NASA usaron una nueva técnica para confirmar la existencia real de un planeta como Tatooine. De hecho, mencionaron al planeta de Star Wars en el anuncio de su estudio.

El planeta que encontraron es Kepler-16b, se encuentra a unos 245 años luz de la Tierra y es un gigante gaseoso y tiene aproximadamente el tamaño de Saturno.

“Es una confirmación de que nuestro método funciona”, comentó David Martin, coautor del estudio y becario Sagan de la NASA en el Departamento de Astronomía de la Universidad Estatal de Ohio.

Hay interés por la técnica que usaron: “Una de las principales razones es que los planetas que orbitan alrededor de dos estrellas tienden a existir a una distancia que los haría buenos candidatos para la vida. Estos planetas se encuentran con frecuencia en la zona habitable, a una distancia de las estrellas en la que se podría encontrar agua líquida”, según Martin.

En la saga de Star Wars, un “rayo tractor” era un campo de fuerza proyectado que manipulaba las fuerzas gravitacionales para empujar o tirar objetos. Estaba en las naves estelares y permitía encerrar o mover otras naves u objetos. En 2018, físicos de la Universidad ITMO en Rusia desarrollaron un modelo de rayo tractor óptico para capturar partículas basado en nuevos materiales artificiales. Los resultados se publicaron en la revista ACS Photonics.

“En futuros trabajos tenemos previsto realizar experimentos para obtener los haces tractores. Este es un paso obligado hacia la aplicación práctica de este fenómeno. A pesar de que en un futuro próximo esta tecnología no nos ayudará a atraer naves espaciales ni a secuestrar vacas, sí puede utilizarse, por ejemplo, para crear trampas especiales para partículas y células o para conducir reacciones químicas de forma selectiva”, había mencionado Alexandra Ivinskaya, la primera autora del trabajo publicado.

Como parte de un proyecto de investigación para el Ejército de Estados Unidos, científicos de la Universidad de California en Berkeley desarrollaron un robot ágil, llamado Salto que parece un caminante imperial de Star Wars en miniatura. Podría ser capaz de ayudar en operaciones de exploración y búsqueda y rescate.

Puede saltar más de tres veces su altura: 30 centímetros. Durante desastre, con personas atrapadas bajo los escombros, ese tipo de robots podrían ser realmente útiles para encontrar a las personas de una manera que no sea peligrosa para los rescatistas.